miércoles, 3 de diciembre de 2008

Hoy


Me he levantado con el mismo sueño rebotando en mi memoria. Esta noche he vuelto a ver pasar un año. Me suele suceder cuando recupero la conciencia de mi ridiculez ante el universo; de mi impotencia ante la fuerza del tiempo.

¡Quisiera hacer tantas cosas! Pero no las hago. En lugar de eso, espero que sea el momento. Disfrazo la pereza de prudencia para justificar mi apatía. Pero el segundero no se detiene; no descansa. Y yo despierto con la sensación de que mi reloj de arena tiene dos cuellos, en vez de uno. Pero no me muevo.

Debería saltar de la cama y correr, correr con el tiempo. No lo hago. Me quedo arañanado un minuto más de sueño.

El sueño. ¿Cómo era? No se me olvida porque ya no es nuevo. Aunque había algo diferente; un elemento que lo hacía resaltar del resto. pasaban los meses. Veía como cambiaban las estaciones. ¡Lo sentía!

Olía la flor de azahar,
oía las golondrinas,
y tenía frío.

Olía la sal de mar,
oía las ranas croar de estío,
y tenía frío.

¡Por eso era distinto! El frío. A pesar de que la naturaleza seguía su reloj, yo no dejaba de temblar. El invierno se quedaba conmigo.

Y volvía a ser otoño;
olía el polvo mojado de lluvia,
oía las escuelas recibiendo niños.

Había pasado un año,
se cerraba el ciclo,
y nunca abandoné el frío.

¿Qué pasaba con el sol?

¿Por qué era un año de sueño sin calor?

En plena melancolía de noviembre abro los ojos de miedo. Me hace temblar, no la temperatura, sino la certeza de que si hubiera seguido soñando, el tiempo se habría ido acelerando cada vez más. Habría sentido discurrir los años como antes los meses. Habría comprobado la diabólica monotonía de la vida; cómo se repiten horarios, calendarios, nacimientos, muertes, días, noches, caídas de hojas, cosechas, brotes de primavera, sequías, tormentas, sueños...

Se repiten sueños como este, aunque se ha añadido el frío. Y se repiten los despertares.

Me quedo en la cama un poco más, que fuera hace frío.

6 comentarios:

  1. Tú siempre has sido muy caluroso, y claro, este invierno tan cruel te ha sorprendido. Prueba a dormir con calcetines. Probar no hace daño.
    Un abrazo.

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  2. Y más cuando es un invierno en casa de los Bereje que es una puta nevera. Que conste que este texto ya es añejo, pero su sentido sigue vigente.

    Abrazos a los tres.

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  3. Indolência é uma característica humana que insistimos em sufocar.... Se deixe levar pela preguiça, pela sonolência e aproveite para descobrir o mundo estranho e envolvente que seus olhos semicerrados irá descobrir... Use umas roupas aconchegantes e se entregue a esse estado de letargia kkkkk

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  4. Debes enfentarte al frío. Salir corriendo de casa cuando el sol esté lo más alto (la primavera del día) y llegar al mar, luego te tiras al agua...

    ... al salir, te abrigas bien y te vas delante una estufa y te comes un potaje caliente o un buen plato de espaguetis. Quien dijo frío!

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  5. Pues he estado pensando realmente en eso del baño en la playa, en serio.

    Pero ha hecho tanto frío la semana pasada...

    Si lo hago os lo contaré, ok?

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  6. Noviembre es un mes de pereza , pero a veces sorprende y ahora que agotamos diciembre y el año, pues hay que hacer cosa. ah y me apunto al baño.

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