viernes, 19 de diciembre de 2008

Iluminado por la oscuridad


Y es en este momento,
con el día reposando en alguna parte,
cuando me decido a enviar bien lejos las reservas que pudieran apartarmede mi propia experiencia creativa.

Muy bien,
que acudan sin miedo todas las ideas que pugnan por ser conocidas, expresadas, sentidas y vividas, en definititiva.

Basta de lamentarse en los huecos que me deja mi propio aburrimiento.

Abrazo la locura de tocar sin pentagrama;
de pintar sin margen;
de bailar sin seguir el paso
y escribir sin consultar al profesor de estilo que voy acarreando con cualquier texto.

Plis, plas, chisgaravís.

He aquí una persona libre que libremente decide obviar cualquier sentencia que lo ate a la obediencia ciega de la norma.

No, ya no es hora de eso.

La noche es libre.

Esta oscuridad es la que hay que abrazar siempre.

Esa es la mejor invitación que podemos ofrecer a nuestros sueños.
Sí, porque hay que prepararles el terreno.
No podemos esperar que acudan a iluminar nuestra inconsciencia si nos vamos simplemente a dormir, atontados por la combinación de sofá y tele, sin dejar nuestra ofrenda al mundo subterráneo.

Aquí deposito mi aportación.

Gracias noche.

Espero tu bendición.

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