viernes, 3 de abril de 2009

UAKTI


Esta madrugada se emite en Radio 9 el nuevo programa de “El món de les altres músiques” en el que aparezco como invitado especial. Esta vez, Carlos y yo hemos dedicado una hora a glosar la trayectoria musical de un conjunto que me tiene fascinado: Uakti.

Según la tribu amazónica de los Tukano (tucán) de la zona del río Negro, Uakti era un gigantesco monstruo que se paseaba por la selva. Su cuerpo estaba lleno de agujeros por los que el viento silbaba de una manera que era irresistiblemente atractiva para las mujeres, que le seguían hipnotizadas en sus marchas por la selva. Los hombres decidieron matar al gigante. Lo acribillaron con sus flechas, lo enterraron y las palmeras crecieron sobre su tumba. Con el tronco de estos árboles fabricaron flautas y otros instrumentos con los que seducían a las chicas tukano.



Este grupo brasileño presenta la peculiaridad de usar, casi exclusivamente, instrumentos inventados por su líder y compositor: Marco Antonio Guimarães. La música, pese a ser claramente contemporánea, posee una sonoridad que nos transmite sensaciones ancestrales. Hay algo muy antiguo y tribal en su propuesta.

Os dejo el programa y una entrevista con uno de los percusionistas del grupo. Ya sé que hablan en portugués, pero a los brasileños se les entiende bastante bien. O eso me parece a mí. Quizá no sea muy objetivo...

En todo caso, quiero reivindicar la excelencia de su música desde aquí. Espero que para alguno de vosotros sea un agradable descubrimiento.


jueves, 2 de abril de 2009

Estreno de "68"



El día 27 de marzo se estrenó por fin “68”, escrita y dirigida por Ismael Bereje. La representación, en la casa de cultura del Puerto de Sagunto, supone la culminación de dos años de intenso trabajo. Puedo aseguraros que la espera ha merecido la pena.


No contaré aquí nada sobre el argumento de la historia. Baste decir que sólo aparecen cuatro personajes: un pianista que acompaña las acciones desarrolladas sobre la escena;


Jean-Pierre, un joven paralítico cerebral con una inteligencia trágica y poética al unísono;


Paul, su padre, que es capaz de confinar su enorme timidez en un rincón cuando se trata de mantener entretenido a su vástago;


Y Claire, la madre, que ha sabido crear un universo de detalles para preservar a su familia del pozo sin fondo de la apatía;


Un quinto personaje, sin presencia escénica, se inmiscuye en las rutinas cotidianas de estos habitantes de un piso parisino: la revolución de mayo del 68.


Por una afortunada programación, este estreno coincidió con el Día del Teatro. Y la obra es todo un homenaje al teatro, que exige del público una implicación que va más allá del aplauso final.


Y sí, como espectador puedo decir que reí y lloré, pero también salí de la sala llevándome la obra conmigo. La propuesta no acababa con el telón. Un debate interno se abre cuando volvemos a nuestras realidades. Varios asistentes confesaban que estaban aturdidos por lo que acababan de vivir, pero no sabían explicar el por qué.


Todo buen contador de historias adquiere un compromiso con la vida. En épocas ancestrales, el encargado de transmitir las narraciones propias de las diferentes mitologías era el shaman, el hechicero, el curandero: la persona que servía de puente entre vivos y muertos; entre dioses y humanos; entre antepasados y coetáneos.


Esos narradores se servían de las arquetípicas andanzas de los héroes para comunicar verdades profundas sobre el sentido de la existencia. Bajo el símbolo se hallaba la llave para enfrentar los diferentes desafíos de la vida.


En “68” existe ese compromiso. No busca entretener por encima de todo, aunque nunca deja de captar la atención del respetable.


No es tampoco un texto críptico con ínfulas artísticas y sofisticadas, para que algunos esnobs se las den de intelectuales porque creen entender algo que a los demás no nos llega, pero hay poesía, reflexiones incisivas, y sí, arte de altura humana.


No hace falta haber visto mucho teatro para disfrutar de esta propuesta. No hace falta haber leído mucho. Cualquier persona viva y receptiva puede paladear a gusto lo que se le ofrece, pues el verdadero arte es siempre un homenaje a la vida y a los que la vivimos.


Mis felicitaciones al autor y a todo su equipo por el excelente trabajo realizado: a Ismael por su texto y su minuciosa dirección; a Karina Muñoz, Juan Pajares y David Cabezas por la escenografía; a Raquel Escriche por la iluminación; a Lorena Comín por la confección del vestuario; a Esther Chicharro por el diseño artístico; y a Omar Vilata por crear en directo la banda sonora.


Mi aplauso y mi admiración para esos excelentes actores que son Mª Jesús Suàrez, Sergi Juesas y Ángel Fígols. ¡Enhorabuena! Tantas horas de esfuerzo han dado su fruto.


No os perdais la ocasión de ver "68" si teneis oportunidad. Se vuelve a representar en Valencia los días 25 y 26 de abril, en la sala Carmen. Allí estaré una vez más para descubrir nuevas cosas.



¡Un abrazo a todos!

miércoles, 1 de abril de 2009

Abril



Pirómano de mi pasión

Quiero quemarme en tu piel

Y apagar mi fuego

En el tuyo


Son tus yemas

Las que lamen

Como llamas

Mi tronco

...Y sus ramas


Miles

Millones

De pelos

De hojas

Se retuercen

Se encogen

Se estiran

Se incendian

En el ardor de tu aliento



Lento

Lento

Pero imparable

Avanzas

Incinerando las ondulaciones

De mi anatomía

Sus bosques

Sus valles

Sus colinas y picos

Y en el río te detienes


Consumámonos juntos

Que el viento esparza

Los restos de nuestra hoguera